COHERENCIA DE VIDA COMO FACTOR DE CAMBIO

Conferencista: Esp. Pedro Fernando Yáñez Mosquera

Se ha venido experimentando a nivel global, una serie de asuntos noticiosos acerca de hechos que atentan contra la dignidad del trabajo, (corrupción) lo cual pretende estigmatizar la valía que lleva consigo, no solamente el resultado que proporciona el trabajo, sino el factor de cambio en la evolución de la persona humana y lo que circunda, iniciando con la familia puesto que allí nacemos y se espera que dentro de una familia también se entregue la humanidad.

Lo anterior hace que nos llame enérgicamente la atención, esta manera en que algunos seres humanos llamados a dar ejemplo magnánimo dentro de la sociedad, inviertan valores a su alcance y dejan un rastro sensible, lacerante y de poca virtud, dentro de su «background» al tiempo que avergüenzan a sus familias, empresas, países, etc. Lo anterior enfoca la gran necesidad de progresar insistentemente en el interior de hombres y mujeres, para hacer conciencia del fin que tenemos que cumplir en nuestro paso terrenal, transformando y trascendiendo sobre nuestro prójimo como quehacer diario y temporal hacia unas tareas abocadas en la vida como uso de la dimensión tiempo y familia, empresa y sociedad, como espacios del desarrollo para la persona humana. En fin se ha hablado poco o mucho en los últimos tiempos de aquella virtud, sin la cual las buenas costumbres estarían amenazadas y corresponde a la coherencia de vida, como individuos llamados a desenvolvernos dentro de una sociedad, pero ante todo en la primera sociedad llamada familia, aquella que de forma alegre, ansiosa, paciente, denodada y sacrificada por amor: educa, invierte, acompaña, espera, perdona, etc. construyendo un mejor futuro para el ser humano, dentro de ella. Hablar de un ser humano, sin conocer a su familia es dejar de lado casi que aspectos de los más esenciales y alagüeños de nuestras vidas, puesto que se nos olvida a veces la gran responsabilidad que tenemos con nosotros mismos en cuanto a perfectibilidad interior y como resultado de nuestro trabajo en el exterior es decir en lo circundante. Por esta y muchas razones más, debemos volver a rescatar esos valores que encarnan las virtudes humanas y que lo hacen mejor ser humano, porque en realidad lo seremos si más humanos somos! esto compromete directamente nuestro comportamiento, como resultado de unas actitudes, conductas y hábitos visibles e imposibles de ocultar dentro de los demás, quienes nos perciben tal y como somos, podríamos decir que el público nos definiría….. si le concediésemos la posibilidad de calificarnos, resultando nuestro espejo; aquel que no esconde nada, más sin embargo nosotros por carencias de formación interior, vamos acomodándonos dentro de una sociedad a costas de nuestro parecer, arrastrando en no pocas ocasiones títulos de formación sin humildad, lo cual ensoberbece al hombre y le queda el protagonismo ante sus seguidores como único camino al parecer de reconocimiento, olvidando que todo ser humano tiene obligación y deber de dar ejemplo a sus sucesores, como factor de cambio permanente para la construcción de una mejor persona, familia, sociedad, empresa, país y humanidad.